miércoles, 5 de noviembre de 2008

Dime dónde...

Dime dónde pongo las miradas que robé de tus ojos cada mañana y escondo al deseo que busca tu cuerpo con ansias de perderse, qué hago con tu nombre que insiste en quedarse debajo de mi almohada, cómo digo al corazón para que entienda, que no eres para siempre, y he de curarme de ti un poco más tarde.

Cómo hago para extraviarte entre los autos y las gentes que van a ningún lado, y extrañarte menos sin que me duela el pecho. Voy a guardarte en el baúl de las cosas que no tengo y lavarte sin calma con las aguas del tiempo, para borrar un poco de mis horas tu recuerdo, y quitar de mis pies los pasos que llevan a tu casa. Voy a enterrarme mil clavos para sacar el tuyo que vive debajo de mis huesos, voy a mudarme a un lugar donde pueda pasar los días huyendo… del exilio de tus labios, y el destierro de tus deseos.

Explica por favor despacio, regala un minuto de tu tiempo, para enseñar a olvidarte sin arriesgar la vida en el intento, para decir algo a mis ojos que extrañan tu sombra andando entre paredes, a este necio egoísmo que se niega a compartirte. Dime cómo dejo de buscar en horizontes las ganas de hallarte, y como dejo de encontrarte en cada gente que veo por las calles. Solo te pido no te vayas sin decirme… dónde encuentro un manual que enseñe a vivir un poco, con esta soledad sin soles, y esta libertad sin ti.


Rosemberg Román
Cuando tengas tiempo…… piensa en mí.
29/10/08

1 comentario:

Anónimo dijo...

Esto que escribiste amigo, en verdad llega!

Saludos