Algo hay en ti mujer.

Algo hay en ti mujer de mi casa, de mis horas, que cada noche cualquiera luego de verte me da por quitarme el traje de hombre decente, después del café, la cena, el cuento de siempre, me pongo a escuchar atento el lenguaje de tus caderas, sin palabras dicen que habremos de hacer algo más que solo mirarnos. Me invitas a tu cama, altar donde el hombre que tengo debajo de mis miedos sacrifica la razón por un pedazo de pan remojado en el vino de tus labios, océano de noche donde el naufrago que tengo debajo de mis sombras se pierde, encuentro solo, guiado por tus ansias, las lunas de tu vientre.

Eres pedazo de lienzo en que dibujo fantasías con halitos de cansancio, vicio de mis ojos, mal acostumbrados, urgidos, ansiosos de la desnudez de tu cuerpo. Algo hay en ti, en tu verbo, tu destino, sirena de la tierra, que has de convertirme cada noche en tonto pescador sin redes, intento en tu lecho atrapar tus muslos, dos peces sacados de sus aguas. Algo hay en ti que no me explico ni quiero explicarme pero me convence, somos lo preciso para ambos, encajo en ti como Adán en Eva, como el cuento de Dios y la culebra.



Rosemberg Román
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22/06/08